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Reflexiones sobre el rol de las instituciones en casos de abusos

  • Ana Victoria Espinoza
  • Humanidades y Ciencias Sociales

Con el objetivo de reflexionar, la psicóloga y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM, Sybil Mac Lean ofreció una lectura en el marco del acontecimiento mediático que se puso en escena con la sentada y protesta de adolescentes del Colegio Roque González denunciando acoso y abuso de compañeros.

En diálogo con Radio universidad, la profesional dejó varias reflexiones y planteó nuevos interrogantes:

“Hay que evaluarlo en varias dimensiones, en qué contexto se gestan estas conductas y el grado de responsabilidad de las instituciones. ¿Qué masculinidades se están reforzando? ¿Qué maneras de ser varón están aprendiendo estos adolescentes?
Al punto que llegaron las cosas, hay que replantearse varias dimensiones de la cuestión, no solamente el hecho en sí y los sujetos del hecho, que en este caso son personas menores de edad varones y lejos de querer victimizar a las personas acusadas, creo que hay que pensar en qué contexto se gesta este resultado, en qué situaciones y lineamientos institucionales.
Hemos escuchado a lo largo de estos días diversas opiniones. No puedo creer que todavía existan acusaciones a las chicas por su forma de vestir, pero existen. También hemos escuchado que la responsabilidad es de las familias y de la crianza, y creo que sin deslindar responsabilidades, las instituciones tienen una responsabilidad.
La familia y las instituciones están en permanente interacción y algo de lo que se transmite desde la familia tiene que ver con el contexto institucional. Justamente las instituciones están para proveer discursos diferentes a los que pueda acceder una persona dentro de su entorno familiar e invitar a la crítica y la reflexión de los propios discursos familiares, entonces no creo que sea solo un problema de las familias.
Las instituciones tienen las herramientas legales y también los materiales didácticos, cuentan con la posibilidad de acudir a profesionales y personas formadas en el tema, no hay ausencia de recursos. Hay una desestimación de los recursos, y los discursos que se van gestando en las distintas instituciones de alguna manera llegan a los y las adolescentes. Así como las chicas tuvieron la posibilidad de pensar en sus derechos y decidir reclamarlos, también existen otros discursos que son más conservadores y que tienen que ver con lo que sucedió en ese grupo de varones.
Pienso que hay una cuestión muy fuerte con esto del refuerzo ilimitado de la masculinidad. Estas discusiones de cómo torturar a una mujer o una compañera se dan entre varones. Entre ellos mismos tenían esta necesidad de reforzar esta masculinidad, entonces me pregunto ¿qué modelos de masculinidades provee la sociedad? ¿A cuáles acceden? Creo que hay una ausencia de otras posibilidades y otras formas de ser varón.
Hubo una reacción social que me gustaría que se replique en otras instituciones. Porque me parece que hay un secreto a voces, todas sabemos que esto está pasando, pero de esto no se puede hablar.
Hace 15 años se sancionó la ley de Educación Sexual Integral en todo el país. Si las leyes existen para ser transgredidas en las propias instituciones, eso también se incorpora a las subjetividades.
No creo que la reacción tenga que ser más violencia. Hay que poder aprovechar esas oportunidades para mostrar lógicas de procesamiento de estas situaciones, lógicas diferentes que tengan que ver con la reflexión, con la formulación de nuevas propuestas para los jóvenes, con la posibilidad de mostrar que existen otras formas de proceder y otras formas de distribución del poder, porque en definitiva la problemática de género tiene que ver con la distribución del poder, entre varones, mujeres y las diversidades. Y en este caso, hay un ejercicio del poder de parte de los varones que tiene que ver con el castigo, con el daño y el sufrimiento, si como institución reaccionamos haciendo lo mismo que ellos ya saben, no hacemos nada distinto.
Hay que considerar que las personas se puedan hacer responsables y puedan incorporar así misma los efectos de sus acciones. Creo que si focalizamos solo en los varones, deslindamos responsabilidad a las instituciones que también tienen una responsabilidad de anticiparse a estos hechos que siempre sucedieron y que fueron advertidos.
Las agresiones de género son construcciones culturales avaladas por la sociedad. Tenemos que proveerles a estos jóvenes de otras formas de vinculación y distribución del poder, poder trabajar sus responsabilidades. También en la familia y las instituciones. La cuestión de la culpa y el castigo es reproducir la lógica de la violencia y es una lógica que solo busca demostrar, en vez de hacerse cargo e intentar resolver de fondo la cuestión. Trabajar la cuestión de la responsabilidad es todo un proceso y tiene su complejidad, es más fácil castigar y aleccionar”.

 

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