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"Frente a tanta violencia, nos volvimos expertas en el cuidado de la vida"

  • Ana Victoria Espinoza
  • Noticias UNaM

num2024

El 3 de junio se cumplieron 9 años de la primera movilización de Ni Una Menos, una jornada que marcó un hito en la lucha contra la violencia de género y los femicidios/transfemicidios en Argentina y el mundo. Elena Maidana, investigadora de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), reflexiona sobre las implicancias de esta fecha en el actual contexto político.

La marcha Ni Una Menos nació en 2015 en repudio a la violencia machista, ante el femicidio de Chiara Páez, una joven de Santa Fe. La consigna logró convocar a miles de personas y aunar un reclamo que se extendió por todo el continente.
En diálogo con FM Universidad, Maidana, ex docente de la UNaM, intelectual y activista social, analizó los reclamos actuales y realizó un recorrido de la lucha feminista en el país y en Misiones:

El enunciado Ni Una Menos (NUM), se transformó en consigna, en bandera de lucha, en grito, en canción, en remera y tanto más. Un grito contra los femicidios y contra toda violencia de género. Fue uno de los tantos momentos de inflexión y habría que citar otros que se dieron en este siglo. El NUM fue uno de los actos, una de las acciones que dio un nuevo sentido a la lucha feminista en el mundo, pero sobre todo en Argentina.
Antes del NUM, siempre recuerdo que en Posadas, por ejemplo, ya había empezado, alrededor del 2008, todo un movimiento contra las violencias de género que llevó adelante un colectivo incipiente que primero empezó con la Marcha de las Putas en la plaza San Martín hasta transformarse en el Colectivo de Acción Contra las Violencias de Género. Es decir, las violencias de género y los femicidios se transformaron en la punta de lanza de eso que después iba a ser reconocido como una nueva ola o la marea verde. Pero que en realidad empezó antes; no la articulo únicamente con la Campaña del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, sino con estas luchas que empezaron mucho antes y que trascienden la cuestión de la campaña y que van justamente contra toda violencia contra las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Y a partir de eso, las luchas tuvieron un nuevo sentido, eso ayudó a darle a las luchas unidad, masividad, continuidad, sistematicidad. Por otra parte, eso también incidió en las políticas públicas que se generaron con programas, leyes, organismos hasta ministerios. Hubo un Estado presente y un Estado que jugó a favor de los derechos de las mujeres y de las diversidades.
Otro de los efectos que tuvo toda esa movida, fueron los cambios en el lenguaje, se empezó a renombrar todo. A partir de ese momento ya no se pudo hablar más de crimen pasional para nombrar al crimen cometido por un hombre y contra una mujer por el solo hecho de serlo. Es decir, se empezó a utilizar la palabra femicidio que después adquirió estatuto jurídico. Entonces, creo que los cambios que se fueron dando fueron tan trascendentes e importantes, sobre todo en materia de derechos.
Hoy vivenciamos la tánato necropolítica dominante de nuevo cuño, porque la tánato política de este momento articula por un lado, el dejar morir del Estado neoliberal con el hacer morir del Estado represor, articula esas dos formas de biopolítica y de tánato política. Sustentado a su vez en una sociedad de la crueldad, que es un proceso de largo alcance, que no es de ahora, que se fue gestando. Ese proceso incluye dictadura, Menemato, 2001 y todo el neoliberalismo, el triunfo de Macri, el triunfo de las derechas, que han promovido la construcción de una subjetividad insensible, no sólo insensible, cruenta.
De alguna manera Rita Segato ya advertía una y otra vez, desde comienzos de siglo, sobre los efectos de una pedagogía de la crueldad, que iba generando los seres insensibles que el capitalismo contemporáneo, el capitalismo de dueñidad, como lo llama ella, necesita para concretarse.
Nos encontramos, no solamente con un gobierno cruento, sino con una sociedad cruenta, con una sociedad de la crueldad que no solamente es indiferente frente al dolor de los demás, sino que disfruta con el dolor de los demás. Entonces me parece que exige de parte nuestra, de parte de la sociedad y de muchos de los sectores que luchamos por cambiar el estado de cosas, reflexiones, análisis, debates y muchos encuentros para reconstruir todo eso que se fue dando y más de uno pareciera que lo tomó de sorpresa.
En este contexto no es casual que haya un retroceso, todo aquello que se había avanzado hoy se ha retrocedido, es como dice la canción de María Elena Walsh, ‘en el país de no me acuerdo, doy un pasito y me pierdo’. Estamos dando pasos para atrás. El retroceso es más que evidente y en cinco meses de este año ya hay 127 femicidios, según datos de la Casa del Encuentro. No podemos dejar de nombrar al lesbicido y a la masacre de Barracas, donde cuatro mujeres lésbicas fueron incendiadas por el simple hecho de su diversidad sexual, de su identidad y su subjetividad elegida.
Actualmente, se han cerrado ministerios, que se transformaron en enunciados o en palabra muerta. Todas las compañeras trans están siendo despedidas una tras otra, o sea, todo lo que se había avanzado como resultado de esas luchas, hoy está en absoluto desguace.
Por lo tanto, mujeres y diversidades están en el foco de asesinos que son sebados, habilitados, legitimados, por este gobierno que de algún modo, encabeza esa cruzada contra las mujeres, las disidencias y sus derechos. Y los feminismos también están en la mira.
Creo que frente a todo eso, frente a tanto desguace, tanto crimen y miseria planificada, porque hablando de violencias de género y violencias contra las mujeres, hay que hablar de los ataques hacia las jubiladas, les jubilades, las mujeres trabajadoras trans, travestis, también hay que tener en cuenta las mujeres que están al frente de los comedores, las que llevan y las que sostienen los comedores, las que pelean contra el hambre en su cotidianaidad.
Todas están en riesgo y el saqueo y el atropello pone en foco a las mujeres, las disidencias y sobre todo si participan de luchas y de movimientos feministas.
En general, frente a tanta muerte y tanta violencia, las mujeres obligadamente tuvimos que volvernos expertas en el cuidado de la vida. Por eso, más de una vez nosotras decíamos cuando nos acusaban de ir contra la vida, que no nos pueden venir a cuestionar y que hemos sido históricamente cuidadoras de la vida, entonces hay que repensar muy bien antes de acusarnos de que no cuidamos de la vida de los demás.
En este contexto, hoy redoblamos la apuesta y seguimos en las calles, ese es el lugar donde nos hacemos, nos reconocemos, nos fortalecemos, nos potenciamos, allí somos en las calles con otras y otres.
En medio de las luchas, de muchísima dispersión y muchísima confusión que también nos atraviesa, convocamos a marchar. La consigna sigue siendo contra las violencias, pero también no al DNU, no a la ley base o ley omnibus, justicia para Andrea, Pamela, Rosana y Sofía, las víctimas del lesbicido de Barracas, en memoria de Norita Cortiñas; eso es lo que está sosteniendo la convocatoria a nivel país y también en Posadas.

Fragmentos de la entrevista emitida por FM Universidad 98.7 el lunes 3 de junio de 2024.

Foto: Misionesonline.

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